Hongos y setas en la Ruta del Vino Ribera del Duero
[dropcap]E[/dropcap]n otoño, los paisajes de la Ruta del Vino Ribera del Duero se visten de gala con una elegante gama cromática de colores ocres, dorados y rojizos para recibir a los protagonistas de la temporada. Níscalos, setas de cardo, boletus edulis, amanitas caesareas, rebozuelos y senderillas presiden los bosques de esta región, calificada como una de las zonas de mayor riqueza micológica del país, tanto en volumen de producción como en variedad de especies comestibles.
Muchos visitantes han podido disfrutar recientemente de la magia de la vendimia, que se encuentra a punto de llegar a su recta final con una exitosa cosecha para este año. Pero en la Ruta del Vino Ribera del Duero, que comprende cuatro provincias diferentes (Burgos, Segovia, Soria y Valladolid), no cesan las actividades y las propuestas más variadas, destinadas a ofrecer escapadas y experiencias enoturísticas únicas en un marco incomparable. Un tipo de turismo que atrae cada vez a más personas de todas las procedencias para visitar bodegas, degustar los mejores vinos y saborear exquisitas propuestas gastronómicas.
Jornadas micológicas y escapadas en tierra de vinos.
Con la llegada de la estación otoñal, algunos de los restaurantes que forman parte de la Ruta del Vino de Ribera del Duero participan en la XIII edición de las Jornadas Gastronómicas Buscasetas, que se celebrará entre el 10 y el 23 de noviembre. Más de 220 restaurantes de Castilla y León rendirán tributo a este preciado manjar ofreciendo los mejores platos realizados con los hongos propios de esta zona. Las jornadas están patrocinadas por la Junta de Castilla y León mediante la Consejería de Cultura y Turismo y son iniciativa de la asociación de cocineros Euro–toques de la delegación castellana y leonesa.
Destacan por su propuesta culinaria tres establecimientos pertenecientes a la Ruta del Vino Ribera del Duero. El Restaurante El Lagar de Isilla (Aranda de Duero), el Restaurante La Casona de la Vid (La Vid) y el Mesón de la Villa (Aranda de Duero), que invitarán a los visitantes a deleitar sus paladares con excelentes menús regados con los mejores vinos de la región.
Además de jornadas gastronómicas, la Ruta del Vino Ribera del Duero ofrece la posibilidad de disfrutar de esta época otoñal y de la maravillosa gama cromática de ocre y dorados que tiñe sus bosques, montañas, montes y caminos. Por ejemplo, salidas micológicas, senderismo, rutas en bicicleta o paseos al aire libre, que invitan a los visitantes a deleitarse con la paz y el relax del entorno en un marco incomparable.
También catas de vino, sesiones de vinoterapia, visitas a bodegas y buena gastronomía ribereña. Una estación que además anima a degustar otros sabrosos productos de temporada, como las nueces y manzanas recién recogidas o las ricas confituras y mermeladas.