Es muy difícil superar el monumental y esperpéntico ridículo que la CUP ha protagonizado en Cataluña, sobre todo si se tiene en cuenta ese manido tópico del sentido común de los catalanes.
Que una cita entre más de 3.030 asambleístas de esa formación política empaten precisamente a votos, para decidir quién puede ser el presidente de la Generalidad de Cataluña, no puede sino llegar a demostrar a qué límites de estupidez, se puede llegar.
Y es que resulta que tras esta «demostración» de democracia asamblearia, el próximo día 2 se van a reunir 70 políticos de esta formación, para decidir, finalmente, si hacen un «desempate», de este diabólico resultado.
Uno piensa cómo deben sentirse los catalanes y quienes viven en Cataluña al pensar que el futuro político de esta Comunidad Autónoma – pese a que muchos de sus políticos piensan que son un imperio menguado – está en manos de semejantes descerebrados, que no resisten un mínimo de compasión, ya que al final, lo que dan es precisamente una descomunal pena.
Pues ya lo ven. Este Pregón se viste hoy de una enorme tristeza al advertir el nivel a que se ha llegado entre unos políticos que no dan la talla ni de lejos y que supondría que, para el «viejo profesor» Tierno Galván, produciría una inmensa lástima. Afortunadamente él no los ha conocido.
