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Una nueva, ¡Ay, Carmela!, para luchar contra el olvido

Carmela vuelve una y otra vez. Vuelve su recuerdo contra el olvido. La evocamos para que su espíritu no se pierda en el cómodo mundo de la indiferencia. Vuelve a alertarnos, a gritarnos con su presencia que el huevo de la serpiente, que siempre ha estado ahí, se está rompiendo.

Nuestro sueño de un mundo de tolerancia, de comprensión, de permisividad hacia lo diferente, de igualdad, de solidaridad, de justicia social se va resquebrajando y el mundo fascista de intransigencia, terquedad, obstinación, testarudez avanza tan incompresible como imparablemente. Carmela es nuestra memoria y nuestra culpa como lo es de “El Paulino” , el “cagón”. ¿A quién nos recordará?

Pero ahí está Carmela con su verdad, su vitalismo, su pasión y su valentía. Carmela: ejemplo de amor hacía la vida y hacia los demás, valores que está dentro del alma de las buenas personas. Carmela: reivindicación de la bondad tan denostada en estos días.

Carmela es divertida, brillante y descarada. Pura raíz, pura sangre. No piensa mucho, convive con los que la rodean, siente y padece. Un ser sin cultura, sin sofisticaciones, sin prejuicios que es carne viva, sensible al dolor de los demás.

Y Carmela se sacrifica porque no puede vivir en un mundo podrido. “Pobre país que necesita
héroes”.

Y nosotros cogemos aire con la mayor alegría y profundidad posibles para volver a suspirar:
¡Ay, Carmela!

Asistiendo a esta nueva, ¡ Ay Carmela ! el espectador – asi lo hemos advertido nosotros al asistir a su reposición – analiza de forma profunda  dos seres bien diferentes a un mismo mundo que los rodea, llegando a transmitir sus sentimientos, desde dos lugares bien distintos. Uno en la tierra, con el mundo, que le rodea, el que interpreta de forma magistral, Pepón Nieto, que es producto de esa España de lucha entre dos ideologías, que luchan entre si.

El otro, sentimiento apasionado y vitalista, ocurre, desde otro mundo, con la impresionante interpretación de María Adánez, que borda el personaje y que es ejemplo de otros sentimientos, ya desde donde todo se ve diferente, no en vano, deja atrás a lo mundano y lo intrascendente

En suma una obra teatral, totalmente recomendable y que puede admirarse en el Teatro Bellas Artes, que llena diariamente, en sus pocos días de ponerse en cartel, y que es seguro se mantendrá durante mucho tiempo en su escenario.

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