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Monólogos de humor y sabiduría en los teatros de Madrid

De los dioses al viaje del monstruo fiero

El Teatro Bellas Artes, es el marco elegido por Rafael Alvarez, «El Brujo», para  apoyándose en un especial humor y una sabiduría bien definida, mostrar su locura y dejar asombrado al espectador, por permitir viajar a un mundo de dioses y encantamientos, de la mano de un monstruo fiero.

Toda una obra mágica, en manos de una sabiduría enloquecida, pero que produce en el espectador una mezcla de asombro y original juego de personalidades ,que conducen  inexorablemente al espectador a un humor, para pensar, no solo para sonreir, lo que es todo un mérito de este gran  profesional del teatro y de la comunicación..

José María  Pou es, El Padre

También el Teatro de Bellas Artes, es el escenario donde tiene lugar una especial muestra de teatro, que, con el protagonismo del gran actor, José María Pou, se desarrolla una labor pedagógica de primer orden, al conseguir que el espectador, se convierta en el conocedor personal de lo que supone, perder la memoria y el conocimiento de una personalidad, a consecuencia de lo que es el desarrollo del Alzeimer.

El Padre, es una obra para conmover, remover y consolar, a los protagonistas de esta enfermedad, y hacer pensar al espectador, sobre todo lo que rodea a esta terrible situación, de quienes padecen esta enfermedad. Su autor es Florian Zaller, que consiguió premios sin fin, y el reconocimiento de todo tipo de públicos, con esta obra y otras, donde se analiza de forma completa y definitiva, al ser humano y su entorno.

 Todo ello se presenta de manera incomparable, con la maestría de este actor, que ha llevado la obra por diferentes escenarios, siempre con éxito total. Por desgracia, solamente estará en el Teatro Bellas Artes de Madrid hasta finales del próximo mes de abril y mientras tanto consigue llenos completos en el citado marco teatral.  

Carles Sans por fin habla solo

El genero de los monólogos ha crecido recientemente con figuras de gran peso en el panorama teatral español. Apoyado por series televisivas, es un éxito seguro para  quien opta por esta programación. 

Asi lo ha entendido Pentación que recientemente ha puesto de manifiesto un amplio programa en sus tres teatros de la capital madrileña, que ocupará gran parte de su  temporada, con seguros éxitos ante el público amante y seguidor de este tipo de oferta cultural, donde el humor es pieza fundamental. De todo ello informaremos de forma continuada, cuando se presenten estos espectáculos.

Comienza la serie con la puesta en escena de un dominador del género, cuando durante muchos años ha estado en silencio, lo que hace aún más  meritorio su oferta humorística. Y es que en Carles Sans – antiguo Tricicle, donde él se denomina, «el guapo» – une a la palabra, el control y máximo desarrollo del gesto, del que hace un abuso bien desarrollado, hasta conseguir una maestría, dificilmente superable.

Como es verdad que «el que tuvo, retuvo», la vena humorística de Carles Sans se lleva a cabo en un espacio teatral, solamente apoyado por breves elementos en pantalla trasera, que aún aumentan los momentos  de humor, que hacen posible llegar a una carcajada permanente, algo dificilmente superable por otros humoristas.

El arte de la palabra – en todas sus acepciones – esta dominado por Carles Sans, que es seguro – ya ofrece llenos diarios en el Teatro Reina Victoria – demuestra que el monólogo humorístico es un éxito en su puesta en escena. Lástima que solamente este en cartel, hasta el 18 de octubre. Merece más tiempo en unas tablas que es seguro llenará, allá donde acuda, ya que es de suponer, se entregue a realizar  bolos por toda España. 

Trio monologuista en el escenario del Teatro de La Latina

En esta original oferta de Pentación por el monologuismo de humor, el mes de octubre ofrece tres artistas de original interés, que supone una variación permanente en su trabajo para hacer del humor un arte. De esta forma, el 6 de octubre presenta – hasta el 21 de junio del año próximo – un espectáculo que, aunque interpretado por tres humoristas – Luis Lara, Jesús Tapia t Vicente Ruidos – pueden encuadrarse en el género del monologuismo. Y es que durante un viaje aéreo, el espectador puede disfrutar de todo tipo de ocurrencias, con un personal de cabina, definitivamente único. El espectáculo ocurre los viernes en horario de 23 horas, en el Teatro de La Latina.

También en el mes de octubre – en horario de domingos a las 12 horas – el inefable «Monaguillo», es decir, Sergio Fernández, pone en escena, «efectiviwonder», en el Teatro de La latina, donde este original humorista pasa, de la infancia a la, ¿ mayoría de edad ?, entre un ante y un ahora, lleno de ocurrencias, que demuestran que la fama alcanzada por este monologuista, está bien ganada, consiguiendo, que el gesto y la palabra, completen un cuadro lleno de atractivos, y así conseguir un humor inconfundible.

Se apoya el espectáculo de El Monaguillo, en comentar hechos de su infancia,  sacándole un gran partido que llega a la hilaridad en muchos momentos. Eso si, en determinados pasajes, la velocidad del monólogo, llega a ser una dificultad para seguir el relato, lo que supone una especie de cansancio para el espectador.

Por otra parte, se apoya este monólogo en un relato excesivamente  escatológico, que resulta demasiado fuerte, siendo muy reiterativos su utilización. La repetición de palabras más o menos malsonantes, llega a producir en el espectador un cansancio intelectual muy marcado.

En todo caso, la simpatía del monologuista y su autenticidad, logran un resultado excelente y es un espectáculo recomendado.

En el Teatro Bellas Artes, como en otros casos de monólogos, se pone en escena «Yo sobreviví a la EGB», de la mano de Jordi Merca, apoyado, en el músico Mario Martínez, que es quien recibe a los espectadores y que colabora con el protagonista en el final del espectáculo.

Es una interacción que suelen utilizar los monologuistas y que resultad muy atractivo, a la  vez que permite integrar a lo espectadores, de manera fácil y siempre humorística, que en algunos casos – como el presente – sirve para atraer al público de manera simpática y natural.

Jordi Merca consigue con su propuesta, hacerse con el público, que colabora con facilidad y llega a convertirse en fácil monologuista, por sus  diálogos frescos, especialmente para espectadores de mediana edad, que se sienten identificados con su experiencia personal, basada en los años  70 al 90 del pasado siglo.

En algunos momentos algún comentario escatalógico no viene al caso, y podría evitarse sin que bajase la calidad y simpatía del monologuista.

De nuevo puede recomendarse  a todo tipo de públicos, pese a que mejor lo reciben los que tienen edad media – entre 40 y 60 años – que valorarán mejor el contenido de este monólogo.

Finaliza esta paleta de humor, que ofrece Pentación en el Teatro de La Latina, con el humorista, Edu Soto, que ofrece un original monólogo con, «Más vale solo, que ciento volando»  y que estará en escena, los viernes, a las 23 horas, a partir del 27 de octubre, y hasta el 25 de enero de 2024.  Este genial humorista, une la comedia con el teatro clásico, lo que resulta sumamente original, ya que no es lo habitual entre este género, donde se busca un humor, mas o menos de lectura diaria, que no es el planteamiento de este humorista polifacético y  y multidisciplinar, lo que demuestra su bien ganada fama.

Otra gran obra de monologuista es el que presenta en el Teatro Reina Victoria, con llenos de público en el desarrollo de sus espectáculos que tienen lugar en la noche de viernes y sábados. Estamos hablando de Luis Piedrahita, que  supera a los anteriormente comentados, por numerosas razones, pese a que todos ellos merecen consideración.

Desde media hora antes del comienzo del espectáculo, el monologuista, mediante una cámara de techo, va seleccionando espectadores, a los que trata con humor Luis Piedrahíta, en tono desenfadado, sobre cómo van vestidos, observando dónde se sientan, pidiendo su saludo, y otros comentarios que rompen este tiempo de espera y que forman parte de lo que será el monólogo.

Ya familiarizado el humorista con el público, comienza un espectáculo, donde hace participar a los espectadores, preguntando sus nombres, «regañando» de forma simpática a los que llegan tarde, y de formas interactiva, lo que hace entre continuas risas, por sus permanente comentarios jocosos.

Llega a preguntar, quién es el más joven y quien mayor de los asistentes. Participa un niño de 11 años, que es «regañado», porque el espectáculo es para mayores de 15 años. Al solicitar quién es el mayor, quien escribe esta crítica, levanta el brazo, y señala 81 años, por lo que el jolgorio se advierte entre el público al bromear con la diferencia de edad y preguntas a ambos protagonistas.

En suma, dos horas de permanente risa, que entusiasma a los espectadores de forma constante, ya que las bromas del monologuista son de una hilaridad inimaginable, demostrando, que quizás estemos ante el mejor de los espectáculos de este tipo, que hoy pueden verse en Madrid.

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