Cavas y espumosos presentes en Gourmets 2024
El cava ha mejorado. Lejos quedan los tiempos en los que lo único que había para echar mano a la hora del brindis era un cava apenas resultón, fresco y cortito, que bien servía para pasar las doce uvas por el gaznate pero no soportaba mayor análisis organoléptico.
Lo ha hecho por la evolución de algunos de sus propios actores y ahora también desde su reglamentación, respondiendo en buena parte a las asonadas de los críticos que abandonaron la D.O. del espumoso patrio disconformes ante una cierta laxitud que se había instalado antaño en la sede del Consejo Regulador a la hora de crear nuevos marcos, más rigurosos, de certificación regional.
En cualquier caso, en esta nueva realidad del vino burbujeante, no solo hay buen cava, sino también grandes viticultores del Penedès reunidos en torno a la marca colectiva Corpinnat (Gramona, Recaredo, Llopart y Torelló, entre otros), así como otros que etiquetan sus espumosos bajo la denominación Clássic Penedès o con una identificación propia, aún estando en esta comarca (como es el caso de Raventós i Blanc).
Luego están los que se mantienen dentro de la de D.O. Cava pero están alejados geográficamente de la zona tradicional de producción del entorno de San Sadurní d’Anoia –el epicentro tradicional del espumoso en Cataluña–, de los cuales también incluimos un par de buenos ejemplos en esta selección.
Aunque quizás la avanzadilla más desprejuiciada, innovadora y canalla de las burbujas de este país es la que integran los Pet Nat (Pétillant Naturel), elaborados según los métodos ancestrales, generalmente con una sola fermentación y en la misma bot