La puerta de la India
Por Roberto Carlos Mirás
Según un reciente estudio de Naciones Unidas más de 150 millones de niños con menos de 14 años en La India trabajan en distintas industrias muchas de ellas localizadas en Bombay. Con unas garantías inferiores a la veinte rupias por día los trabajos forzados están acompañados de malos tratos y de abusos de todo tipo. El millón de vecinos que se han desplazado desde los distintos Estados de La India componen con sus diferentes idiomas una de las melodías lingüísticas más ricas y extrañas del mundo.
El hindi se codea con el urdu, mientras el marathi impone su supremacía ante el gujarati o el Tamil, el telegu o el malayan procediendo estos tres últimos del Sur del país. Y como si de una inmensa y horizontal torre de Babel se tratará todos se entienden con todos, hablen o no su lengua materna.
La población de La India es de casi 1.600 millones de habitantes y sigue creciendo. La ciudad de Bombay actualmente denominada Mumbai, es el motor económico del país y responsable en todo el comercio exterior de la India, pero uno de los principales focos de pobreza del mismo.
Una de las ocasiones en que Bombay estuvo en boca de todos fue con el estreno del filme Slumdog Millionaire -literalmente, perro callejero millonario-, una película dirigida por Danny Boyle y escrita por Simón Beaufoy que no estuvo exenta de controversia. Basada en la novela ¿Quiere ser millonario? del novelista y diplomático indio Vikas Swarup, el filme ganó ocho estatuillas de oro en la gala de entrega de los Oscar del 22 de febrero de 2009, incluyendo el de mejor película en 2008. Recogemos las palabras de Dominique Lapierre autor de numerosos trabajos en torno a la India y sus gentes. Lo hacemos a modo de reflexión, y de enseñanza:
“Fue en la campiña de Bengala. Una niña caminaba cansinamente sobre el estrecho dique que separaba dos arrozales. Llevaba una bolsa llena de libros y cuadernos. Volvía de la escuela y seguramente no había comido nada desde el amanecer. Me dirigió una bonita sonrisa y me saludó con la mano. Hurgué en mis bolsillos con la esperanza de encontrar algo que poderle dar. Sólo encontré una galleta y se la di. Me lo agradeció como si hubiese puesto la luna en la mano, y luego retomó su camino. La seguí con la mirada. Unos minutos más tarde sus pasos se cruzaron con los de un perro esquelético. Ví que la niña partía en dos la galleta y le daba la mitad al animal. La India me acababa de dar la lección más bella de todas acerca de lo que significa compartir”
Suketu Metha
Suketu Metha en su “Ciudad Total. Bombay perdida y encontrada”, Jesús Menéndez y su “Sueños de India” o Jaume Sanllorente con sus dos obras, “Bombay más allá de las sonrisas” y “Sonrisas de Bombay” así como la periodista Katherine Boo y su “Maravilloso porvenir. Vida y esperanza en los suburbios de Bombay” nos ayudan de alguna manera desde la distancia a conocer a través de su lectura un poco más a ese gran coloso que es la India que nunca mejor dicho se mueve entre la Modernidad y la Tradición.
En el país de los mil soles, en el país en donde Rabindranath Tagore dio a la India un Premio Nobel de Literatura y un Premio Nobel de Ciencias con J.C Bose; con Sri Ramakrishna y Swami Vivekananda, sabios entre los más venerados del país; con Satyajit Ray, uno de los hombres más premiados del cine mundial; o Sri Aurobindo, uno de los grandes gigantes de la espiritualidad universal. También existen otros menos sabios quizás, pero seres humanos que en muchas ocasiones sus fotos son las portadas que aparecen de una manera esporádicamente en los grandes medios de comunicación.
Nos acercamos al mismo con la inquietud de unos aprendices, de unas personas que queremos saber y preguntar que queremos conocer y saborear la vida.
“Ciudad total. Bombay perdida y encontrada” su autor desde sus primeras páginas hace un recorrido de lo que ha sido y es su vida hasta el día de hoy; parece como siguiendo sus rasgos y su vida estuviera volviendo a sus orígenes. Un volumen de quinientas páginas que nos adentra como hemos titulado esta columna en la desconocida ciudad de Bombay. Actualmente ya no es Bombay sino Mumbai en lengua marathi en honor a la deidad Mumba Devi. Según Metha:
“Me fui de Bombay en 1977 y regresé veintiún años después, cuando había crecido y se había convertido en Mumbai. Tiempo suficiente para que un ser humano nazca, reciba una educación, tenga derecho a consumir alcohol, se case, conduzca y vote”
En el caso de Jesús Menéndez Pabón (Oviedo,1973)
Fue acercarse a estos lugares buscando quizás la mirada de un niño. Inicia su primera investigación con “100 familias indias” algo que le lleva a vivir estos últimos años en diferentes rincones de la India retratando y escribiendo, así como conviviendo con los habitantes de comunidades muy diversas. Prepara la filmación de una serie de documentales destinados a seguir mostrando la cara bonita y no tan bonita del subcontinente asiático y de sus habitantes.
En Plataforma editorial se ha publicado: “Sueños de India. Un viaje cómplice a una cultura lejana y sorprendentemente familiar”, cuatrocientas veinticinco páginas en donde hablan sus protagonistas, unas voces que nunca debemos de olvidar. “Un Slum- dice su autor-, es una barriada cuyo concepto y estructura recuerdan en algo a las favelas brasileñas. Colonias caóticas y sucias de viviendas humildes donde se asientan las clases más bajas de la sociedad mumbaití y que en ocasiones incluso se extiende alrededor de las zonas financieras de grandes y modernos edificios”
Nos llaman reiteradas veces la atención esos videos, o películas que nos enseñan cómo es o no es un país. Pero quizás nos hacemos las preguntas que no debemos hacernos y deberíamos de conocer a esos vecinos que viven en el segundo piso pero que nunca por la proximidad hemos hablado con ellos.
A la periodista Katherine Boo le debió de pasar algo parecido a eso. Fruto del amor y de la experiencia en India ha sido: “Un maravilloso porvenir. Vida, muerte y esperanza en los suburbios de Bombay” Abdul, Asha, Kalu viven en Annawadi, un suburbio de Bombay rodeado de hoteles de lujo cerca del aeropuerto. A diario luchan por sobrevivir en una época de apabullante cambio global en una realidad que les ofrece su cara más amarga y en la que, sin embargo, todavía son libres para soñar con un futuro fuera de la basura y de la pobreza con un maravilloso porvenir.
Durante tres años su autora ha intentado en estas páginas como los autores antes citados hablar de unas personas que no tienen que llevarse a la boca mientras algo denominado globalización les está absorbiendo por completo. Como describimos son varios los casos que nos acercan al corazón de sus gentes, a sus maneras de pensar, a sus filosofías y a unos lugares en donde hay infinidad de creencias, de entidades y de personas que quizás han hecho de la religión y de la propia vida una necesidad.
Jaume Sanllorente/Frances Melción
Otro de nuestros protagonistas: Jaume Sanllorente nació en Barcelona en 1976, pero algo le llevó a dejarlo todo. Un buen trabajo y a dedicarse a los demás… Sus dos trabajos anteriormente mencionados son un referente a la hora de evaluar o conocer esa parte importante que es Bombay/Mumbai. Pero nuestros invitados, nuestros autores tienen una cosa muy clara. ¿Quiénes tienen que hablar? parecen preguntarse sus protagonistas. Esas personas que desde que se levantan hasta que se acuestan pasan mil peripecias para salir adelante. Quizás en Occidente como tenemos de todo, no nos llega lo que tenemos con lo cual nunca estamos contentos y siempre queremos más y más. Ahora una parte importante de estos trabajos que presentamos de una forma breve a ustedes es la fotografía.
Frances Melción (Barcelona, 1968) es uno de esos fotógrafos que aún utiliza el blanco y negro. Su trabajo es la de un anticuario que aún maneja utensilios para muchos totalmente desfasados, pero en “Bombay, más allá de las sonrisas”, podemos observar una buena parte de su trabajo fotográfico. Pero hemos hablado de una parte de los seres humanos, de unas personas que han hecho de su trabajo una virtud y de una manera sumamente breve se los hemos presentado – ya digo no de una manera exhaustiva – sería simplemente imposible.
A la hora de cerrar esta columna clama al cielo lo que esta pasando en algunos lugres pese al cambio de año parece que los hombres seguimos igual… Les hablamos de Bangladesh y no solo Bangladesh donde a una serie de personas no se les da la libertad que todos y en cualquier lugar del mundo del mundo nos merecemos sino todo lo contrario… Y los medios de comunicación estatales e internacionales parece que no tiene un hueco para esas noticias. Cualquier cultura dentro de un contexto histórico tiene un derecho común para todos, La dignidad.