Carlos Sobera muestra la ambición sin límites de un político sin ética ni moral
[dropcap]E[/dropcap]l sector cultural demuestra una vez más que es elemento fundamental en la vida de los ciudadanos, especialmente en los tiempos que corren, con un desprestigio de la inmensa mayoría de los políticos, a los que se unen, altos cargos con ambición sin límites, empresarios sin escrúpulos y pícaros de todo tipo que rodean al ser humano.
Esto se pone en escena, en “El Ministro”, todo esto y mucho más, donde no están ajenos los problemas de la pareja, la delincuencia juvenil y la miseria humana en todo tipo de situaciones.
En el Teatro Cofidis Alcazar, situado en la castiza calle de Alcalá, se pone en escena esta original y crítica obra, donde cuatro excelentes actores dan vida a personajes de enorme actualidad, lo que supone que llega a todo tipo de espectadores.
En esta ocasión, nuestra sección de “Entrevista del sector”, toma una fórmula diferente, mezclando las opiniones de los actores – en este caso de Carlos Sobera – y la crítica de este medio de comunicación dada la actualidad y la importancia de esta obra, cuyo autor – A ntonio Prieto – ha sabido plasmar en una obra fácil de ver, asuntos de una gravedad muy especial y que existen de forma clara en nuestra sociedad.
En “El Ministro” interpreta al titular de economía de un gobierno ficticio pero… ¿votaría a ese ministro? . ¿Le invitaría a su casa a cenar o se iría de copas con su personaje?
Sin duda. Un ministro que sepa explicarte qué es la prima de riesgo me parece alguien sumamente interesante. Es más, no imagino mayor fuente de interés hoy en día.
¿Cómo ha transcurrido su vida teatral tras el gran éxito de Palabras Encadenadas? . ¿Volvería a trabajar sobre un texto de Jordi Galcerán? ¿Compartiría escenario de nuevo con Ángeles Gonyalons?
No me puedo quejar; el club de la corbata y sobre todo la guerra de los rose me dieron muchas satisfacciones. Jordi me parece uno de los grandes de nuestra dramaturgia. Escribe de maravilla, y analiza las situaciones como nadie. Inteligencia pura.
¿Cuál es el pecado que un actor no debe permitirse cometer jamás en su trabajo?
Muchos: autocomplacencia, vanidad, falta de esfuerzo e individualismo. Esto arruina la función, y a la larga tu carrera.
En su camerino no puede faltar…,
Música, y agua. Ah, y una ventana para poder salir huyendo llegado el caso.
Antes de salir al escenario siempre…
Me acuerdo de mi padre, pienso en él, y en lo que nos queríamos. Pienso en lo que le hubiera gustado verme en la función.
Si pudiera pedir un único deseo egoísta, ¿cuál sería?
Ver a mis padres sentados en el patio de butacas, agarraditos de la mano.
¿Por qué los actores siguen haciendo teatro si ca da día es menos rentable con la subida del IVA, los sueldos son menores que en el cine o la TV y las audiencias también?
Pura pasión. Amamos este oficio, y no sabemos pasar de él. Es puro egoísmo. Sin público y escenario nuestra vi da pierde mucho valor…
¿Está usted de acuerdo con la frase, ”quien no ha hecho teatro no es actor»?
No necesaria mente. Y es que quienes han hecho teatro no siempre se convierten en actores.
Un papel que rechazaría por principios….
Ninguno.
¿Cuál es la última obra de teatro que ha ido a ver?
El libro del mormón, en Londres.
¿Qué es lo más duro de su trabajo?
Repetir. A veces creo en la función única
¿Robert de Niro o Jack Nicholson?
Un hijo de ambos, pero ¿quién embarazaría a quién?
¿Meryl Streep o Susan Sarandon?
Tengo el mismo problema. Unimos a Sarandon con Nicholson?. Se trata de algo difícil de decidir en ambos casos.