La salvaje e impactante belleza natural de Irlanda
Ya hace 6.000 años A. de C. era conocida por nómadas, cazadores y constructores de dólmenes y túmulos que aún hoy están en pie y pueden ser admirados por el viajero.
Entre 600 y 150 años A. de C. se asientan en estas tierras tribus celtas que llegan de Europa y la vecina Gran Bretaña, aportando una serie de tradiciones que marcan la actual vida de este país, con una cultura y unas tradiciones muy marcadas.
En el año 432 llega San Patricio a Irlanda, primero como esclavo, llegando a ser misionero y obispo dando al cristianismo la forma de vida del país.
Tras ajetreadas relaciones con el exterior, será en el año 1949 – tras dejar atrás la Gran Hambruna del año 1845, que influyó de forma definitiva en su historia – cuando se declara república independiente de Gran Bretaña.
Hoy es un país moderno, lleno de vida y con una cultura y unas tradiciones verdaderamente originales, junto a una forma de ser de su población, basada en la tranquilidad y una personalidad bien definida.
Todo esto tuvo en siglos anteriores, desde los primeros pobladores hasta los vikingos, sin olvidar a los celtas, que dan su definitivamente forma de ser, a unos ciudadanos que pueden presumir de vivir en un paraiso natural de belleza salvaje, que ofrece al viajero un destino turístico de un atractivo muy especial y de difícil comparación.
En suma en cualquier momento del año la naturaleza irlandesa espera a los amantes de los más originales paisajes, tanto en su interior como en sus costas.
Así lo hemos podido comprobar un grupo de periodistas especializados en turismo hace pocas fechas, y así lo damos a conocer en estas páginas.
Hacia la Ruta Costera del Atlántico
Nada mejor que recorrer Irlanda con una buena guía. Así, nos espera en el aeropuerto de Dublín, Marina Simont, que hizo del viaje una verdadera delicia, por sus conocimientos, paciencia y profesionalidad.
Tras conocer Ballinahown, centro de diseño de artesanía, tradiciones y una gastronomía muy especial, proseguimos nuestro viaje a un lugar verdaderamente espectacular como es Clonmacnoise, donde parece que el tiempo se ha parado y figuras de enormes proporciones, no lejos de lugares fluviales, donde el ganado pace tranquilamente, muestra, transmite energía y deja al viajero totalmente extasiado.
Las enormes figuras de piedra en un amplio espacio y junto a una iglesia casi derruida, hablan de la Irlanda celta, asi lo atestigua la gran cruz de Muiredach, del siglo IX, con sus elaboradas escenas bíblicas y otras grandes piezas que han de la religiosidad y las muestras al aire libre de esta cultura.
Este lugar nace en el siglo VI y fue fundado por San Claran y pueden apreciarse – además de las enormes figuras en piedra ya descritas – dos torres y las ruinas de su catedral y siete iglesias.
Un interesante Museo sobre este ancestral lugar, muy bien instalado marca las piezas, la historia y las costumbres de este lugar lleno de energía y misterio, que pese al tiempo transcurrido -varios siglos – guarda para el viajero un atractivo muy especial que demuestra que la historia y las tradiciones suponen en Irlanda uno de los mayores atractivos, sin olvidar que todo ello esta localizado en un ámbito natural de belleza inigualable.
Proseguimos nuestros viaje impactados por estos restos arqueológicos que hacen empequeñecer al viajero y agrandar la historia y la vida de quienes en siglos pasados llenaron de vida y de religiosidad estos lugares, que ahora – perfectamente mantenidos y cuidados – es posible visitar.
Prosigue nuestro viaje ya en las cercanías de la Ruta Costera Atlántica, uno de los atracctivos más especiales de este viaje de familiarización, no en vano es la mayor ruta de este tipo con sus 2.500 km, y que recorre el oeste de Irlanda.
Los Acantilados de Moher
La salvaje e indomable naturaleza que ofrece la costa oeste de Irlanda es dificimente descritible, especialmente en los Acantilados de Moher.
Con tiempo fresquito pero soleado, visitamos el Centro de Visitantes donde comienzan los acantilados que muestran su agitada costa.
Desde este lugar y acompañados por un especialista en estos senderos costeror, con desniveles de cientos de metros de caida sobre el mar, y que muestran una belleza inigualable, tratamos de llegar tras un recorrido de aproximadamente 3 horas, por senderos de belleza sin par, a la localidad de Doolin, que se advina en la lejanía, entre las impresionantes imágenes de los acantildos, que bordeamos y que en algunos momentos impresionan por su belleza pero también por su cercanía..
Nuestro guía – Pat Sweeney, propietario de algunas tierras de estos lugares, – es un hombre curtido en estos espacios naturales y es dueño de algunos animales, que viven en una finca de su propiedad. No se puede tener mejor guía para recorrer estos prodigiosos ejemplos de una naturaleza salvaje, que rompe con enormes olas, los acantilados que asombran al viajero y le llevan a realizar fotos muy especiales, incluso demostrando su cercanía a los lugares más cercanos a estas especiales muestras de una naturaleza única.
Explica la importancia de sus consejos y explicaciones sobre este paradisíaco lugar, demostrando que es un experto en la historia de la zona y un apasionado de la conservación de la naturaleza y la vida rural, sin olvidar que Pat pertenece a la 5ºgeneración que ha cultivado estas tierrras, junto a los impresionantes Acantilados de Moher.
Dejamos atrás tan especial muestra de la naturaleza junto al mar y llegamos a una localidad bien distinta, más cosmopolita, Galway, donde el bullicio callejero coincide con un sábado, y donde la gastronomía se encuentra en las calles en puestos callejeros y las terrazas están ocupadas por quienes aprovechan su día de descanso. Estamos en una ciudad animada y próspera, conocida como la ciudad de las tribus, ya que muchas y variadas familias vivían en esta región.
Hoy dispone de una famosa universidad y es un popular destino por sus carreras de caballo en verano y sus numerosos festivales de todo tipo durante el año.
Como no podía ser de otra forma, estando en Irlanda había que conocer una de sus más destacadas tradiciones. En la localidad de Galway visitamos uno de sus más conocidos pubs, el Tig Coli, donde la animación es total, y donde las pintas de cerveza, vuelan por encima de las cabezas de los divertidos sistentes a esta cita con la música, la cerveza y la conversación, que se hace dificil entre tal bullicio.
Navegando por el único fiordo de Irlanda
Abandonamos el sonoro y musical ambiente de Galway y llegamos a uno de los pueblos más pintorescos y tradicionales de Irlanda por sus construcciones típicas que representan perfectamente le arquitectura pintoresca de este país.
Estamos en Clifden donde degustamos la típica cocina irlandesa y tras un recorrido por sus callles, proseguimos nuestro viaje, no lejos de la costa del Atlántico, mientras atravesamos pueblecitos de enorme belleza como Spiddal, Roundstone y Ballyconneely.
Nos encaminamos hacia un original lugar como es el único fiordo que existe en Irlanda, “El Killary”, que ofrece al amante de la naturaleza – todo Irlanda es una paraiso natural – un paisaje inigualable.
Abordamos una pequeña pero coquetona embarcación desde donde podemos ver todo tipo de paisajes, aves y muestras marinas, que forman el fiordo, rodeado de un litoral de belleza única y donde se advierte una variada vegetación.
Dura el crucero unos 90 minutos y recoremos sus 9 millas disfrutando de unas aguas tranquilas muy distintas de las que adornaban los impresionantes acantilados de Moher.
Desde el barco podemos apreciar la montaña más alta de Irlanda, el Mweelrea, que con sus 817 m de altitud, es un ejemplo poco habitual, en un país de suaves ondulaciones geográficas. Desde sus laderas mana el agua que llega a este fiordo, aumentando su belleza y su original orografía.
Continuando nustro camino llegamos a la Montaña de Croagh Patrick, cerca de Westport, donde se puede ver el Museo de la Hambruna,que padeció Irlanda en el año 1840.
No es malo terminar visitanto otro famoso pub, el Matt Molloys, donde la habitual alegría, la cerveza y la música siguen siendo la norma de este tipo de establecimientos, que son más que otra cosa un lugar de cita social, de tipismo irlandés, de lugar de encuentro y de hermandad.
Historia y arquitectura de Irlanda
La historia de Irlanda está formada por grandes propietarios, emigrantes, nobles y todo tipo de personajes que llegaron a tener palacios, grandes casas y espacios de ocio o de viviendas de lujo que se han mantenido a través de los años.
Muchas de estas construcciones pueden visitarse y son, no sólo un ejemplo de riqueza artística, sino también una demostración de la historia de sus familias que aún viven en ellas o las dedican al turismo.
Asi encontramos Westport House, cuyo propietario, Jeremy Browne, nos recibe y los muestra este grandioso edificio y sus cuidados y originales jardines, dentro de una gran finca que se advierte está sumamente cuidada y atendida.
Este propietario, es el decimoprimer descendiente directo de Grace O’Malley, la famosa reina de los piratas del siglo XVI.
Estamos en un lugar clásico de la historia y la arquitectura irlandesa, con atractivos de especial interés, ya que sus moradores y propietarios han hecho de este país una referencia de calidad de vida y de nobleza, independientemente de otras tradiciones y particularidades que este hermoso país tiene y que deben ser conocidos en profundidad por quienes viajan a esta isla anclada en el Atlántico.
Senderismo y deportes náuticos
Siguiendo nuestro programa de visita, dos asuntos deben ser recomendados para quienes visitan Irlanda.
De una parte, una naturaleza como la irlandesa, es lugar ideal para practicar el senderismo. Asi lo hacen alguno de los que componen el grupo de periodistas de este viaje. También se apoya este atractivo mediante el uso de bicicletas que se utilizan para hacer recorridos por diferentes espacios naturales. Todo ello está perfectamente organizado y el amante de esta fórmula puede llevar a cabo con toda comodidad esta actividad deportiva. Tiene esta práctica deportiva la ventaja de permitir recorrer cómodamente numerosas lugares. Incluso existen bicicletas con motor, por lo que es aún más cómodo realizar esta actividad.
La actividad deportiva no acaba aquí, ya que tras esta experiencia ponemos rumbo a la cercana Isla de Achill, donde se pueden practicar en su costa todo tipo de deportes náuticos. Asi lo hace un valiente componente del grupo de periodistas ya que es necesario utilizar el traje de neopreno, dado que el viento y las condiciones meteorológicas asi lo aconsejan, siendo ayudado por un especialista en su aventura de forma concluyente y pudiendo asi disfrutar de una actividad náutica que tiene muchos seguidores.
Esta costa donde se encuentra la Isla de Achill, tiene el nombre de Mayo, con un litoral impresionante, lleno de pequeños caminos, espacios siempre verdes, donde las aves marcan sus territorios y donde quien busca un paisaje inigualable encuentra, sin duda alguna, un espacio inimaginable.
Termina asi la estancia del grupo de periodistas en Irlanda – conociendo una interesan te parte de su costa atlántica – quedando prendados por sus muchos atractivos, pese a que este país tiene otros muchos donde los amantes de la naturaleza tienen un paraiso dificilmente imaginable y que combina todo tipo de atractivos naturales.