Feria de Albacete, siete siglos de historia
Del 7 al 17 de septiembre se celebra todos los años en Albacete su tradicional Feria. Actualmente presenta un carácter lúdico y festivo, destinada fundamentalmente al disfrute de los albaceteños y de aquellos quienes la visiten, pero haciendo un poco de historia hay que recordar que desde su origen y a lo largo de los años también ha desempeñado un papel relevante, como motor en el proceso de formación de la ciudad.
La pujanza de la Feria, la que hizo que Albacete aumentase su población, atrayendo a numerosos comerciantes e industriales que decidieron establecer su residencia en la ciudad. Este continuo movimiento contribuyó de manera notable a que la ciudad de Albacete pudiese obtener la capitalidad de la provincia en el año 1833, al desaparecer la efímera provincia de Chinchilla creada apenas 10 años antes.
Una feria medieval
El origen de la Feria de Albacete, se sitúa en el periodo medieval, existiendo referencias a la misma en diversos documentos que datan de los siglos XIV y XV su emplazamiento originario, se situaría en la llamada calle de la Feria, donde se celebraba acompañada de un importante comercio de ganados.
Pero el emplazamiento en este espacio urbano, no fue constante a lo largo del tiempo, ni tampoco pacífico. En el siglo XVII la Feria se trasladó al paraje de la Dehesa de Llanos al sur de la ciudad a una distancia de 5 kilómetros. En dicho emplazamiento se veneraba a la patrona de Albacete “La Virgen de los Llanos”. La fundación de un convento franciscano en el año 1672 en dicho emplazamiento adosado a la ermita de la Virgen, aportó una influencia religiosa, que colaboró a que la Feria poco a poco mejorase su importancia. Estos terrenos forman actualmente parte de la finca privada de los Llanos, afamada por sus excelentes vinos y su exquisito queso, Gran Reserva Dehesa de los Llanos (premio de World Champión Cheese en el año 2012).
La feria fue definitivamente consolidada, al serle concedido el privilegio de confirmación por el primer rey de la dinastía borbónica Felipe V, el 6 de marzo de 1710. Pero es a raíz de la concesión del mismo, y de la importancia adquirida por la feria cuando comienza un litigio sobre el emplazamiento más conveniente, que se prolongara durante largos años.
El Ayuntamiento que no es ajeno, a las corrientes de la Ilustración, pretende cambiar el emplazamiento a un espacio laico en el caso urbano. Pero los frailes del convento franciscano, no querían perder los importantes beneficios económicos que la Feria les reportaba. El litigio fue finalmente ganado por el Ayuntamiento, siendo la Feria trasladada a las “Eras y Ejidos de Santa Catalina” en un terreno bien dotado de agua y de gran amplitud.
Sobre este terreno se construyó en agosto del año 1783 en un tiempo récord de 33 días por el arquitecto Josef Ximénez, un gran edifico, al que se añaden por su parte derecha espaciosos terrenos anejos. En este lugar, popularmente denominado “La Cuerda” se desarrolló un importantísimo mercado, en el que en el año 1831 llegaron a ser vendidas, más de 56.000 cabezas de ganado.
Original conjunto ferial
La Feria de Albacete es la única de España, donde se puede encontrar un conjunto arquitectónico de tales características, digno de ser visitado por su extraordinaria singularidad. El edificio es de planta circular, formado por un anillo interior en el que en ambas caras se sitúan espacios acondicionados para la venta de diferentes productos, alrededor de una plaza central. Tiene 4 accesos en los ejes del círculo, que se corresponden a los 4 puntos cardinales. Se prolonga con un paseo recto, originalmente porticado que terminaba en una portada monumental, que existió hasta 1974. La estructura básica del edificio es de planta de sartén, siendo único en su género y modelo del estilo neoclásico manchego. Constituyó en su momento una actuación urbana de primera magnitud, pensada con racionalidad, para reglamentar el hecho caótico de un mercado, contribuyendo al mismo tiempo a darle permanencia. Este edificio y su entono en el año 1991 fueron declarados “Bien de interés cultural “.
En el año 2010 con motivo de cumplirse el tercer centenario de la concesión del Privilegio Real, el Ayuntamiento de Albacete acometido unas importantes obras de infraestructura de todo el recinto ferial y de las calles de su entorno. Como consecuencia de las cuales se ha remozado el espacio, pavimentando gran parte del conjunto con adoquinado de hormigón- granito y hormigón envejecido, aunque conviene poner de relieve, que además del embellecimiento de la zona, tiene más importancia lo que no se ve. Con estas obras se han modernizado todas canalizaciones del sub suelo, y se han suprimiendo las barreas arquitectónicas, con una rasante única.
En esta zona se encuentra situada la plaza de toros de Albacete, que es el coso de mayor relevancia de Castilla-La Mancha y uno de los más importantes del país. Es de una gran belleza arquitectónica y sirvió de referente para la construcción de otras plazas como la de “Las Ventas” en Madrid. Fue realizada por el prestigioso arquitecto Julio Carrilero Prat, e inaugurada el día 9 de septiembre de 1917. Posee un marcado estilo mudéjar que se manifiesta en las torretas y en la puerta principal de arco con forma de herradura. Desde su construcción ha tenido varias reformas.
Paseos en la ciudad de Albacete
Albacete es una ciudad que tiene una población de aproximadamente 173.000 habitantes es que se extiende a lo largo de una superficie de más 1200 km 2. Es una ciudad moderna que ha visto ampliado su núcleo central, que tiene forma de abanico, con modernas edificaciones e infraestructuras, y amplias zonas verdes, surcadas en gran parte por un carril bici. Albacete carece de un caso antiguo, pero no por ello deja de ser interesante pasear por su centro, donde el viajero observador puede contemplar edificios interesantes del siglo XIX y de principios del XX. Entre ellos debe mencionarse el antiguo Ayuntamiento, el Colegio notarial, el edifico de Banesto, las Casas Cabot de estilo neoclásico, el casino primitivo, el chalet de Fontecha y el Pasaje de Lodares. Este último es la edificación más emblemática de la ciudad, ejemplo de galería comercial decimonónica, donde se puede degustar un café o un té de excelente calidad
Se puede continuar con una vista a la Catedral y a la Casa del Hortelano. Esta edificación es inconfundible con su fachada verde flanqueada por dos torres donde se ubica actualmente el Museo de la cuchillería. Ver el museo puede resultar de interés, ya que en él encontraremos toda clase de cuchillos, dagas y tijeras, con un sinfín de variedades y especialidades para toda clase de usos. Ello nos permitirá conocer la evolución de esta artesanía por la que Albacete se ha afamado en el mundo entero.(www.museo-mca.com)
También se sugiere entrar en algunas de las tiendas de cuchillería que se encuentran en el centro de la ciudad, donde se puede comprar una magnifica navaja con revestimientos de cuernos y astas de una gran variedad de animales, siendo las más sorprendentes las de mamut prehistórico de los hielos de Siberia, y las piezas de colección
Es muy original el “Depósito del Sol” antiguos depósitos del agua, hoy reconvertidos en biblioteca municipal en una zona peatonalizada de la ciudad, y la Posada del Rosario, edificio del siglo XVI con patio gótico, mudéjar y renacentista, que se encuentra en la c/ Del Tinte, muy cerca del Pasaje de Lodares.
El Museo Arqueológico de Albacete muestra diversas colecciones de arqueología procedentes de yacimientos iberos, de la época romana y medieval, y una importante exposición de 116 obras donadas al museo por el pintor Benjamín Palencia.
Debe decirse que Albacete está extraordinariamente bien comunicado tanto por dos excelentes autopistas como por vía férrea mediante el AVE, todo lo cual supone que su visita es sumamente fácil y el viajero tiene asegurada la máxima comodidad, tanto de estancia, como de acceso, algo muy de tener en cuenta.