El sector turístico debe aislar a los especuladores
- Con la ingobernabilidad de un sector con 17 leyes diferentes
Como es sabido la actividad turística tiene en España el caos producido por la existencia de 17 leyes de Turismo, que simplemente han creado un conflicto que era previsible ante tan semejante despropósito en un negocio donde reina la anarquía en su exponente más indeseable.
El rechazo creado con la aparición de repulsa a situaciones inaceptables que deben padecer muchos ciudadanos españoles por esta incomprensible situación – ya han llegado las protestas a 7 comunidades: Cataluña, Baleares, País Vasco, Asturias, Comunidad Valenciana, Canarias y Andalucía – sigue ofreciendo denuncias de todo tipo que los gestores, empresarios y «popes ilustrados» de este sector, son incapaces de valorar y mucho menos de resolver, como no sea con la fórmula del presidente del Gobierno, que según su habitual sistema de solución, lo remedia todo dejando que se arregle solo.
Evidentemente este asunto es algo más grave de lo que muchos piensan y es que, es sumamente difícil luchar contra la tropa de especuladores que controlan esta actividad industrial que es el Turismo. Aquí se mezclan intereses empresariales de las grandes cadenas de hoteles que solamente piensan en conseguir el máximo beneficio, importándoles muy poco si hunden a los pequeños y medianos empresarios, mientras llevan a cabo una feroz campaña de promoción a los niveles que sean necesarios.
Para ellos y para los gestores políticos que buscan presumir de lo conseguido con el sector turístico, solo vale el máximo número de turistas. Les importa muy poco la incidencia en el medio ambiente, en la convivencia de la ciudadania y en la calidad de vida de los españoles. Solamente buscan enriquecerse a costa de lo que sea, amparándose en leyes hechas a su antojo. Puede asegurarse que los inventores de los alojamientos turísticos ilegales llegan a España de la mano de los grandes hoteleros que, cuando tienen problemas de ocupación echan mano de esos alojamientos. Esto se ha demostrado a lo largo de los años en esta actividad económica. No es un invento de estas fechas, sino algo real desde hace años..
Se ha producido así una invasión de intereses – de plataformas nacionales y extranjeras y de los mismos ciudadanos – para beneficiarse de los momentos en que existe la total ocupación y de este problema nacen las situaciones de ilegalidad y de abusos que se están dando en toda España y que se trasladarán, desde esas seis Comunidades a otras zonas del Estado español sin tardar mucho .
Se está especulando con los grupos “seudoterroristas» y «radicales» que llevan a cabo estas pintadas, cuando el problema era inevitable que apareciese ante los escándalos producidos por clientes borrachos, gentes indeseables que buscan los bajos precios y las facilidades de todo tipo para vivir sin control alguno, cuando se debería haber empezado por conseguir una ley única para todo el sector que presentase a todo la actividad turística un modo único de convivencia de los ciudadanos con los turistas.
Se ha permitido todo por no enfadar a los grandes empresarios y a los «gestores listillos», y se ha conseguido, que quienes pagan sus impuestos y reclaman sus derechos de convivencia, hagan valer su poder simple y llanamente, y lo que no puede hacerse es manipular lo que realmente está ocurriendo, y que es la vulneración permanente de los derechos de los ciudadanos.
Mientras tanto son los beneficiados los que están manipulando la realidad y los que buscan que se defina como terrorismo lo que es simple y llanamente la defensa de la calidad de vida de los ciudadanos. Lo que se está produciendo era algo inevitable y es la defensa de los derechos de los habitantes de este país, Y la respuesta no puede ser otra que el debido control, organización y legalización de derechos y obligaciones.
Así las cosas este momento puede ser el inicio de un control adecuado del Turismo de nuestro país, la mejora de su calidad y la presentación de una oferta bien definida y mejor organizada. Este es pues un momento crucial si se tiene la adecuada valentía para ordenar una actividad que no puede estar en manos de los especuladores y si al servicio de la economía de España.