Zarzuela en Danza
El Teatro de la Zarzuela cierra la temporada lírica con el género chico y la danza
El Teatro de la Zarzuela cerrará la temporada 2018/2019 celebrando por todo lo alto y a partes iguales la zarzuela y nuestra danza. Será con la producción propia ‘Zarzuela en danza’, un espectáculo teatral diferente planteado como una fiesta que alegrará el escenario del coliseo de la madrileña calle de Jovellanos durante 11 funciones, del 25 de junio al 7 de julio. Se trata esta de una historia que recorre algunas de las más atractivas escenas de baile y danza de la historia de la Zarzuela, con la irrenunciable compañía del canto y la emoción mágica de un texto que también baila, concebido por el polifacético y reconocidísimo dramaturgo Álvaro Tato. El argumento echa a andar en brazos de un enigma: “Un bailarín tiene un sueño recurrente en el que persigue a una sombra misteriosa”. Arturo Díez Boscovich, al frente de la Orquesta de la Comunidad de Madrid (Titular del Teatro), será el director musical de este montaje que cuenta con la dirección musical y la coreografía de Nuria Castejón.
De lo que se trata en ‘Zarzuela en danza’ es de navegar, con el viento a favor y las velas bien abiertas, por los océanos infinitos de las obras maestras que para ser danzadas compusieron los genios indiscutibles del género en las dos orillas: Bretón, Chapí, Chueca, Vives, Giménez, Serrano, Calleja y Barrera, Soutullo y Vert, Lleó, Fernández Caballero o Roig, con el flirteo añadido de alguna nueva canción popular.
En opinión de Díez Boscovich, el cúmulo de todos estos hitos de nuestro repertorio musical, dancístico y emocional, combinado con la palabra hablada y cantada, se muestra poéticamente a través de este sueño que envuelve ‘Zarzuela en Danza’, y se refiere al espectáculo con una frase que más bien es un verso: “La Zarzuela está en el cielo pues su música es el vuelo y el viento su bailarín”. El maestro afirma que estamos ante “muchos de los grandes hitos de la cultura española”. Así, el espectador podrá disfrutar de composiciones imprescindibles como intermedio de ‘La leyenda del beso’, el fandango de ‘Doña Francisquita’, la jota de ‘Gigantes y cabezudos’, y un largo etcétera.
En esta ocasión, la composición del reparto es muy especial: 14 bailarines y 3 cantantes que sumirán al público en el enigmático sueño del protagonista, que no es otro que el universo infinito de la Zarzuela y la Danza. Los bailarines son Cristina Arias, Ana Arroyo, Xavier Benaque, Juan Berlanga, Celeste Cerezo, María Ángeles Fernández, Alberto Ferrero, Francisco Guerrero, María López, Helena Martín, Daniel Morillo, Silvia Piñar, Luis Romero, Cristhian Sandoval, y compartirán escenario con la mezzosoprano Ana Cristina Marco (‘El barberillo de Lavapiés’), el tenor Néstor Losán (‘Juan José’) y el barítono Germán Olvera (‘Marina’).
Del indiscutible valor de la producción son también culpables el espacio escénico de Carmen Castañón, el vestuario de Gabriela Salaverri y la iluminación de Eduardo Bravo. David Durán a la guitarra flamenca y Lucas Carmona al cajón flamenco, acompañarán a cantantes y bailarines en escena.
Y ‘Zarzuela en danza’ es también tradición. Tradición de raíces profundas. Tradición por los cuatro costados. Tradición en cada poro abierto. Enseñanza de un aprendizaje que viene de lejos; de quienes fueron maestros y antes discípulos de otros maestros que a su vez fueron discípulos, y así hasta los límites del conocimiento. Nuria Castejón quiere así rendir homenaje a la prodigiosa herencia de sus padres: “el amor a la zarzuela y, al mismo tiempo, a mi profesión”, porque la zarzuela nos ha acompañado a lo largo de nuestras vidas, “como parte discreta y permanente de nuestras pasiones comunes y nuestros paisajes cotidianos”. Y avisa a navegantes: “Este es un espectáculo que los amantes de la zarzuela y de la danza no deben perderse, es un emocionante viaje a través de los parajes y horizontes de la Zarzuela, contado desde la Danza”.
Ambos directores nos proponen, a través de la dramaturgia creada por Álvaro Tato, un paseo que tiene como excusa y principio de aventura ese sueño del bailarín que persigue una sombra. Esperanzado asedio que milagrosamente deriva en un viaje de varios siglos, en una travesía que recorre los diversos estilos de danza que han jalonado la historia del género lírico español.