Galicia, experiencias en plena naturaleza
Caminar por los seis parques naturales de Galicia es la mejor forma para poder conocerlos. Se puede descubrir el placer de perderse en ellos, sabiendo en todo momento cuál es el destino.
Las Fragas do Eume, con el bosque atlántico costero mejor conservado de Europa, O Invernadeiro, enclavado en el Macizo Central ourensano y sus 6.000 hectáreas de extensión en las que no existen asentamientos humanos en la actualidad o la Serra da Enciña da Lastra, un paisaje mediterráneo único en Galicia.
El Parque natural Baixa Limia-Serra do Xurés y el Parque Nacional de Peneda-Gerês se unen en los límites entre Portugal y Galicia, formando un espacio transfronterizo único. El Monte Aloia, declarado parque natural en 1979, destaca por su variedad botánica y sus vistas panorámicas, y el Complexo dunar de Corrubedo e lagoas de Carregal e Vixán, con su duna móvil de impresionantes dimensiones, conforman las red de parques naturales de Galicia.
Todos los verdes para explorar
En las 9.000 hectáreas de extensión del Parque natural de As Fragas do Eume, viven menos de 500 personas, lo que da una idea del estado virgen de estos exuberantes bosques que siguen el curso del río. El Parque tiene la forma de un triángulo cuyos vértices y fronteras son las localidades de As Pontes de García Rodríguez, Pontedeume y Monfero.
El río Eume, con 100 km de longitud, labra un profundo cañón de abruptas laderas con grandes desniveles que conservan un espectacular manto vegetal. Robles y castaños son muy abundantes, acompañados de otras variedades como abedules, alisos, fresnos, tejos, avellanos, árboles frutales silvestres, laureles, acebos y madroños. En las riberas húmedas y sombrías se conserva una amplia colección de más de 20 especies de helechos y 200 especies de líquenes.
Un simple paseo por este territorio se convierte en una auténtica exploración de este bosque mágico.
El acceso más frecuente se lleva a cabo desde la localidad de Pontedeume, donde se puede tomar la carretera DP-6902, paralela al río Eume, hasta llegar al Centro de interpretación. La entrada al Parque con vehículos de motor está restringida, por lo que conviene llamar antes para consultar dichas restricciones.
Naturaleza en estado puro
Enclavado en el Macizo Central orensano, el espacio protegido de O Invernadeiro ocupa 6.000 hectáreas en las que no existen asentamientos humanos en la actualidad, pero numerosos elementos de patrimonio etnográfico e industrial dan muestras de la vida de las gentes que habitaron este lugar.
La sucesión de profundos valles y redondas cumbres es fruto de épocas pasadas que dieron lugar a un sorprendente circo glaciar y a impresionantes cascadas que se pueden observar desde lo alto de los barrancos.
Dos ríos configuran principalmente este territorio: Ribeira Grande y Ribeira Pequena. Sobre ellos descargan numerosos cursos de agua que desembocan en el río Camba y terminan en el río Sil.
Se puede acceder al Invernadeiro desde Verín, tomando la comarcal OU-113, para desviarse por la 04-114 y llegar a Campobecerros. Desde aquí se accede al Parque por una pista forestal asfaltada de 8 kilómetros. Se admite un máximo de 30 visitantes por día, que necesitan un permiso administrativo para poder acceder al terreno protegido.
Desde Verín se toma la comarcal OU-113, para desviarse por la 04-114 y llegar a Campobecerros. Desde aquí se accede al Parque por una pista forestal asfaltada de 8 kilómetros. Se admite un máximo de 30 visitantes por día, que necesitan un permiso administrativo para poder acceder al terreno protegido.
Paisaje mediterráneo en Galicia
En el Parque natural da Enciña da Lastra, sorprenden su clima mediterráneo y los suelos calizos. Las aguas del Sil han dado forma a interesantes paisajes y elementos fruto de la erosión, entre los que caben destacar las palas o cuevas que forman la mayor red de cavidades de Galicia. Además del interés que estas cuevas tienen para los espeleólogos, los historiadores han encontrado en ellas restos arqueológicos de diferentes civilizaciones: de la Edad de Bronce, de las épocas romana y medieval.
Uno de los recursos naturales de este Parque, intensamente aprovechado para la actividad económica, fue la piedra calcárea, de la que se extraía la cal viva utilizada en la construcción como base para la argamasa y para encalar las viviendas. Destacan los lugares de Covas y Biobra, donde se ubica el Centro de visitantes.
El acceso más frecuente al terreno protegido se hace mediante la N-120, entre Ponferrada y Ourense, que atraviesa el Parque facilitando la llegada al centro de visitantes en Biobra.
Paisaje granítico en la frontera
El Parque Natural Baixa Limia-Serra do Xurés y el Parque Nacional de Peneda-Gerês se unen en los límites entre Portugal y Galicia formando un espacio transfronterizo único de 267.958 hectáreas de extensión, declarado en el año 2009 Reserva de la Biosfera Transfronteriza Gerês-Xurés.
Este es un territorio donde las sierras escarpadas se mezclan con otras de formas más suaves; donde los bosques frondosos contrastan con un paisaje granítico de montaña; donde los bolos asumen hechuras singulares y el agua está presente en forma de ríos, charcas, cascadas naturales y también embalses, que ofrecen la posibilidad de remar en aguas tranquilas en el corazón de O Xurés.
Aquí se puede descubrir uno de los grandes atractivos que guarda este espacio: la variedad de flora con más de 807 especies, de las cuales 117 son endémicas, como el lirio del Xurés. Además, cuenta con una gran diversidad de fauna, con cerca de 150 especies de aves y especies singulares, como la bovina autóctona: “la vaca cachena”
El acceso más frecuente se realiza por la carretera O-540, que comunica Ourense con el parque a través de municipios como Lobios o Muíños. Otra opción es tomar la A-52 y desviarse a la altura de Xinzo de Limia para continuar en dirección a los municipios mencionados.
El parque natural más antiguo de Galicia
Declarado Parque Natural en 1979, el primero de Galicia, el Monte Aloia destaca por los 629 metros de altitud del Alto de San Xiao. El ingeniero forestal Rafael Areses transformó este paisaje hace cien años con una exótica reforestación que incluía vegetación autóctona y otras especies, como el ciprés, el abeto y cedros del Líbano, entre otras.
Se recomienda visitar la Casa Forestal, un curioso edificio que alberga el Centro de recepción de visitantes. El monte alberga restos prehistóricos y romanos y su historia está rodeada de leyendas, como la que afirma que se trata del mítico Monte Medulio, escenario del suicidio colectivo de las tribus celtas antes de caer en manos de los romanos.
En la Ermita de San Xiao se celebra una romería popular a finales del mes de enero; la tradición manda subir al monte desde el municipio de Tui.
El acceso desde Tui, Gondomar y Baiona se hace por la carretera PO-340 para continuar en dirección al monte Aloia hasta alcanzar la Ermita de San Xiao. Tras abandonar la aldea de Frinxo, encontraremos un desvío para acceder a la Casa Forestal que alberga el Centro de interpretación de la naturaleza.
Una duna móvil, única
El Parque natural de las dunas de Corrubedo y las lagunas de Carregal e Vixán tiene un enorme atractivo ornitológico que merece la pena descubrir. Se trata de una importante zona de reproducción, migración e invernada de aves que se pueden contemplar a lo largo de todo el año. El Parque abarca hábitats costeros como playas, roquedos litorales, marismas y dunas; además, también se pueden avistar aves en zonas de interior como bosquecillos, campos de cultivo, charcas y áreas de matorral.
En la laguna de Vixán hay un observatorio de aves donde te puedes iniciar en esta actividad. La mejor época para observar las aves es entre septiembre y abril. De todos modos, en invierno un gran número de aves acuáticas emplean las lagunas para descansar y alimentarse.
Patos, cormoranes, chorlitos dorados, garzas reales, cisnes… son algunas de las especies que más destacan.
Se accede al Parque desde la AP-9, a la altura de Padrón. Se toma la AG-11, en dirección a Ribeira, para continuar por la carretera DP-7304 y por la DP-7302, que lleva hasta el Centro de recepción de visitantes. Otra opción es la carretera AC-550, entre Ribeira y Noia, continuando luego por la AC-303.