Suntuosa Dubai, la ciudad de las mil y una noches… y días
Olga María Ramos. (Textos)
Patricia Llaneza. (Fotos)
Exito del Pabellón de España en la Expo 2020
Olga María Ramos y Patricia Llaneza, han viajado a Dubai en pasadas fechas – coincidiendo con el cambio de año – y han realizado un completo reportaje de su estancia en tierras dubaities, para la Revista de Viajes y Turismo. Texto de la primera y fotos de la segunda, mostrando a continuación, el Pabellón de España en la Expo 2020 y detalles del recorrido por este lugar, lleno de grandes contrastes y alicientes, para realizar un viaje, y conocer uno de los destinos más originales de Asia.
Fin de Año a la sombra de grandiosa arquitectura
Teníamos cinco días para enamorarnos de Dubai y no nos defraudó y aún más con el aliciente de visitar la Expo 2020.
La entrada al Año Nuevo, a bordo de un precioso yate de simpática tripulación, fue espectacular. Cuando faltaban algunos segundos para la medianoche, se iluminó la AIN DUBAI, la más grande Noria del mundo con 250 metros de altura (duplicando casi la de Londres) en cuya circunferencia se empezó a ver, en brillantes números fucsia, la cuenta atrás que anunciaba el fin de 2021; cuando se puso a cero, el patrón hizo sonar la sirena… no teníamos el reloj de la Puerta del Sol pero aquello fue la señal para empezar a tomar las uvas (en un barco fletado por españoles no podían faltar) y aunque hubo cierto desconcierto con las veces que se oyó la sirena, no quedó ni un grano.
Fue entonces cuando se iluminó el cielo. Situados en el centro de la bahía pudimos admirar los fuegos artificiales que desde distintos puntos de la costa empezaron a dibujar infinitas y caprichosas formas en oro, plata, rubíes, diamantes, esmeraldas, zafiros… Un recuerdo que ya será imborrable.
Expo 2020 con destacada presencia española
La visita a la Expo fue nuestra siguiente parada. Supimos que todo el personal de los distintos pabellones debían hacerse el PCR cada dos días y para los visitantes era obligatorio mostrar el certificado de vacunación y el uso de mascarillas. Los mayores de 60 tenemos pase gratuito y basta mostrar el pasaporte en la ventanilla correspondiente, para acceder a la entrada, también es gratuito para niños hasta 16 años y personas con necesidades especiales; el resto pagan unos 23 €, precio que no me pareció caro en absoluto. El recinto dispone de sillas de ruedas y coches de bebés.
Pegado a la grandiosa Wasl Plaza hay un lujoso hotel con más de 300 habitaciones.
La gastronomía está presente ya que los distintos pabellones disponen de hasta 200 restaurantes en total que ofrecen infinidad de platillos, no sólo de la zona sino de los distintos países representados en la Expo.
A continuación un brevísimo comentario a una Exposición tan extraordinaria que para describirla se precisaría de mucho más espacio. Mi consejo es visitarla.
El objetivo primordial de esta primera exposición que se celebra en Oriente Medio, África y Asia Meridional es la sostenibilidad del Planeta. Con el lema “Conectar mentes, construir el futuro” se evidencia la preocupación por el cambio climático. Al menos esto está bien presente aunque luego, los grandes líderes mundiales antepongan sus intereses económicos y personales a la supervivencia de la Tierra.
Y precisamente, conectar mentes y construir el futuro queda patente en el
Pabellón de la Movilidad y de los Emiratos Arabes
En este pabellón se persigue la unión y armonía entre los Pueblos. Lo primero que sorprende es su enorme ascensor con capacidad para 160 personas, aunque por motivos de seguridad sanitaria se ha reducido a la mitad.
A medida que se asciende, una serie de imágenes nos trasladan desde el siglo IX a la Era moderna.
Las puertas se abren y empezamos a caminar avanzando por una pista que nos lleva a las más avanzadas y futuristas tecnologías.
Uno de los mejores pabellones, sin duda.
El Pabellón de los Emiratos Arabes está ubicado en el Centro de la Expo este Pabellón, que abarca una superficie de 15.000 metros cuadrados, ha sido obra del arquitecto español Santiago Calatrava. Su atrevido diseño representa el vuelo de un halcón, el ave nacional de los Emiratos y dispone de un sistema que en menos de tres minutos mueve las “alas” que lo cubren. Espectacular.
Gran Pabellón de España
Permítanme que me detenga un poco más en este pabellón.
Tecnología, ciencia, arte y educación en un espacio de 5.800 metros cuadros y diseñado de tal forma que sus plazas son independientes como lo son los conos amarillos, naranjas y rojos que forman su llamativa estructura y que consiguen una temperatura deliciosa para combatir el calor. En la primera plaza un enorme ajedrez y dos más (ya a su tamaño) encaramados a dos mesas altas y circulares. En las paredes que los rodean la historia de este juego que aun teniendo origen en la India, encontró en España proyección y cambios en su estrategia incorporando a la poderosa pieza de la Reina en homenaje a la Reina Isabel la Católica. Esto ocurría a finales del siglo XV y desde entonces, con estas nuevas reglas, se extendió por Europa y América el que fue llamado “Ajedrez de la Reina”.
En la siguiente plaza, tan recoleta y agradable como la anterior, nos encontramos con la paredes cubiertas de argumentos que impulsan la importancia del idioma español, los logros de la ciencia como las vacunas con imágenes de la enfermera Isabel Zendal y los niños inoculados de viruela que viajaron a América. En medio, una esfera con multitud de palabras españolas relacionadas con el árabe. La tercera Plaza sorprende por su espectacular dinamo de Daniel Canogar que ocupa varias plantas y que se alimenta y cambia de color al paso de la gente que va descendiendo por la rampa que la rodea. Toda un experiencia. Por último el gran teatro que proyecta durante 8 intensos minutos la película Luna de agosto de Nacho Vigalondo, sugerente invitación para conocer España, un país para vivir.
Del Teatro al Bosque de la inteligencia… capaz de producir oxígeno, es ejemplo de sostenibilidad y el Árbol del equilibrio que reacciona ante los visitantes…
Capítulo aparte merece la caravana de Reyes que se organizó el 5 de enero. La comitiva real, que recorrió durante dos horas la Expo, causó gran sensación, principalmente, entre los niños
Orgullosa de nuestro Pabellón y nuestras felicitaciones a Carmen Bueno, su Comisaria y Olga Miragaya, Directora general del mismo, sin olvidar al estupendo equipo por su profesionalidad y cordialidad.
Dubai en continuo crecimiento
El recorrido por Down town y el Burj Khalifa, se lleva a caboi, visitando el edificio más alto del mundo. Con 828 metros de altura y, como curiosidad, una cafetería en la planta 148; esta estilizada construcción es la joya de la corona de Dubai.
En nuestro tercer día de estancia tomamos un taxi desde nuestra residencia en La Palmera y por una amplia avenida, más bien, autovía, bordeada por imponentes edificios construidos y en construcción (esta ciudad está en continuo crecimiento) recorrimos el trayecto hasta el Teatro de la ópera dubaití.
Entre el teatro y el Burj Khalifa (300 metros les separa) se extiende una hermosa plaza de suelo de mármol blanco. Es el lugar idóneo para hacer fotos (lo mejor para captar una imagen con el gigantesco edificio a nuestra espalda, es hacerse un selfie).
En la parte baja se halla el centro comercial más grande del mundo, un Aquarium y muchísimos restaurantes y tiendas.
Está bien acudir antes del atardecer para ver la preciosa zona circundante. Cuando cae la noche, nuestro edificio se viste de gala con infinidad de brillantes y parpadeantes lucecitas que como plateadas lentejuelas, salpican su elegante superficie. Es entonces cuando da comienzo el grandioso espectáculo de las fuentes: agua, luminotecnia y música que podrán verse en intervalos a lo largo de varias horas.
Aunque se puede ver desde ambos lados del canal, aconsejo situarse frente al Burj Khalifa pues no tienen las fuentes mejor telón de fondo. Nosotros nos ubicamos en una especie de “Mercado de San Miguel”, es decir mesas compartidas, donde se puede consumir diferentes viandas que se adquieren en los múltiples puestos de comida internacional de la zona.
Paseo y travesía por la antigua Dubai
Imprescindible visitar el antiguo barrio de Dubai, auténtico y primitivo enclave de la ciudad que aún se conserva antes de que, 50 años atrás, el petróleo y más tarde las más poderosas empresas, cambiaran la fisonomía de la ciudad.
A ambas orillas del Creek (su ría natural) se encuentran los barrios de Bur Dubái y Deira.
Pasear por el zoco, plagado de coloristas tiendas (me encantaron especialmente las de especias), vendedores amables pero algo invasivos (no mucho) que indefectiblemente nos confundieron con italianos y ese pícaro comerciante de hierbas que, percatándose de nuestro origen, nos envolvió con su jerga logrando que entrásemos en su establecimiento y nos vendió una mezcla de hibisco y quien sabe qué más, pero “buenísimas todas” para la tensión.
Buen lugar para comprar abayas (túnicas) muy baratas, hiyabs (pañuelos árabes), cerámicas, collares, lámparas. El regateo es obligado aunque yo no soy muy ducha en esas negociaciones.
El paseo en abra (barco turístico) es imprescindible. Se puede tomar el colectivo o alquilar uno en el que sólo viajemos nosotros. Eso hicimos. La hora suele ser a 100 dirham pero regateando se puede conseguir por 60.
Olvidé comentar que el taxi que nos llevó a Deira nos paró frente a una zona reconstruida, que reproducía las antiguas callejuelas y edificios pero todo más falso que una atracción de Disneylandia.
Apenas caminamos unos metros y adivinamos la falsedad de la zona turística, nos encaminamos hacía el auténtico Deira.
Buggies y quads en el desierto
Como no teníamos mucho tiempo y queríamos pisar la arena del desierto, en nuestro último día, fuimos al desierto de Sharjad que está a una hora aproximadamente de la ciudad. Una de las mejores empresas de alquiler de vehículos para conducir por la arena es Safari Desert de Javid Khan, un tipo simpatiquísimo siempre dispuesto a complacer y hacer las cosas más fáciles.
Tras ponernos los hiyabs que nos cubrieron cabeza y boca, alquilamos un buggy para cuatro y un quad ya que éramos 5. Fuimos siguiendo al guía atravesando el desierto a la puesta de sol. Conducir por las dunas sobre la finísima y cobriza arena mientras el dorado sol se ocultaba en el horizonte, fue una experiencia increíble y emocionante .
Dubai, una ciudad que hay que conocer. Sus atractivos son muchos: es un lugar seguro, limpio, la gente es muy amable, no es caro… a ver, puede ser caro pero en general, la comida y la ropa son bastante baratas (no hablo de grandes marcas, ni de los restaurantes lujosísimos, claro).
La Expo estará hasta el 31 de marzo, es una buena ocasión para, además, conocer la Ciudad de las Mil y una Noches… y Días