

De un lado una imponente demostración de calidad en un concierto de percusión difícilmente superable de la mano de Joseph Schwantner, que asombró a los espectadores por su incomparable calidad técnica y musical. La segunda parte estuvo de la mano de un romántico ruso, Rimsky Korsakov, con una gran interpretación de esta formación musical – Scheherezade – que merece mas atención del Ayuntamiento de Madrid, – de quien depende – y que puede decirse no es tratada como debe hacerse, por sus profesionales y por su calidad. Pero del Ayuntamiento de la capital de España, se puede esperar cualquier cosa. Es de suponer que valoren esta muestra cultural, que es esta formidable Banda y se apoye más y mejor su trabajo.
En el Auditorio Nacional, y de la mano del buen trabajo de la Fundación Scherzo, se ha celebrado un gran concierto con dos intérpretes de lujo. Especialmente destaca la incomparable María Joao Pires, a quien acompañó – a dos manos – un gran pianista, Julien Libeer, que hizo las delicias de los amantes del gran instrumento que es el piano y más, con la suavidad, la delicadeza y el sentimiento que la pianista portuguesa muestra en sus conciertos. Su acompañante demostró que tiene un futuro de gran importancia, pero es que, María Joao Pires, es una estrella del firmamento musical difícilmente superables. Se demuestra así, el acierto de la Fundación Scherzo en su programación.
